La Astrología siempre ha tenido su punto débil, no en la influencia astral en sí, sino en cómo se manifiesta en el organismo humano de una manera distinta e individual en cada ser, como el MICROCOSMOS que siempre ha refrendado y defendido “LO QUE ESTÁ ARRIBA, ESTÁ ABAJO”. Esa era la pregunta del millón hasta que se descubrió en la década de 1980, los ciclos biológicos en la genética molecular, es decir, LA MÁQUINA DEL TIEMPO BIOLÓGICO, el CRONÓN en el ADN.
Los ciclos son:
Ciclos ultradianos (menos de 1 día)
Ciclos circadianos (alrededor del día)
y, sobre todo, los que se asemejan al ciclo de las luminarias Sol-Luna que son los:
Ciclos infradianos (mas de 1 día)
Actualmente, la materia o disciplina que estudia los ciclos biológicos ultradianos y circadianos, es la Cronobiología, que se estudia ya en las universidades de Medicina y Psicología, como un proceso de nuestro “reloj interno” como la pieza clave que se encuentra dentro de un pequeño espacio del cerebro. Se llama el NUCLEO SUPRAQUIASMÁTICO (NSQ).
Hace poco más de 30 años se descubrió que la manipulación o desaparición de las 20.000 neuronas que conforman el NSQ altera prácticamente todos los ritmos biológicos del organismo, especialmente los que corresponden a la actividad motora, la ingestión de alimentos, la temperatura corporal, la conducta sexual, el ciclo sueño-vigilia y a diversas hormonas funcionales.
Los CICLOS INFRADIANOS de ondas cortas de larga duración, están en sintonía y en consonancia con el ciclo Sol-Luna y los ciclos exógenos o externos planetarios que todos conocemos de nuestro sistema solar y que es una evidencia biológica...(nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos), y estos ciclos no los estudia la Cronobiología.
Debo manifestar que personalmente y desde siempre, he pensado que la Astrología es la manifestación física y biológica de los ciclos astrales internos o endógenos del ser vivo y especialmente del ser humano, de ahí su posible deducción y predicción de los sucesos que involucran y nos afecta como un MICROCOSMOS, de una forma individual, personal e intransferible.
De ahí al darme cuenta de un ciclo que estaba en armonía con los procesos y fundamentos de la astrología de todos los tiempos (revoluciones, progresiones, atacires, direcciones, etc), es el ciclo Sol-Luna zodiacal, en espiral interna, en donde la posición de la Luna siguiendo un ritmo zodiacal anual exacto en el sentido de las agujas del reloj (retrógrado) y con ella el avance del Sol directo en unos determinados grados anuales de 371,14 días y con él, el Ascendente y toda la carta natal, terminando el ciclo en 59,75 años, un ciclo igual al ciclo Júpiter-Saturno (ciclo vital de 59,574 años) y al ciclo medio planetario de nuestro sistema solar (59,97 años), reforzado por los tránsitos en sintonía con los ciclos planetarios exógenos, es decir, externos.
Luego, al aplicarlo en cartas individuales tomando por inicio del ciclo en la posición de la Luna natal en cada una de ellas, comprobé que al avanzar el Ascendente los mismos grados que el Sol en ese ciclo personal, se ajustaba perfectamente a los eventos individuales de cada una de las personas estudiadas. La corrección del Ascendente o la hora de nacimiento de acuerdo con los acontecimientos derivados básicamente del Sol y de la Luna, en nuestra vida y de los demás planetas del ciclo medio planetario de nuestro sistema solar, ya fue un objetivo (1634 cartas sin ningún fallo).
Entonces.., falta estudiar los infradianos o de larga duración que se podría definir como:
“La materia o disciplina que tendría por objeto el conocimiento de los procesos temporales periódicos INFRADIANOS (ondas cortas de larga duración) del organismo vivo, especialmente el hombre, DESDE EL NACIMIENTO HASTA SU MUERTE”, que sería la ASTROLOGÍA.
Se diferencia de los ciclos ultradianos y circadianos, por la frecuencia del período o ciclo, aunque es lógico que todos se encuentren unidos en cadena.
Pero el concepto de astrología se encuentra muy desprestigiado, yo diría que en “estado deplorable” en nuestra sociedad. Habría que levantar el concepto con otro nombre, cosa que se ha intentado en numerables ocasiones, llamando a la astrología, “Cosmobiología”, “Cosmopsicología”, etc... Yo me quedaría con el de CICLOBIOLOGÍA, como estudio de los ciclos infradianos en el ser vivo, quedando el concepto de astrología igual al de alquimia, reconocida y honrada durante milenios, pero desfasada en LA MÁQUINA DEL TIEMPO, en nuestras técnicas, en los recientes descubrimientos y en nuestra evolución social.
“RENOVARSE O MOMIFICARSE” esta es la cuestión y ese es mi criterio, se podrá o no estar de acuerdo, pero creo necesario el progreso. Convendréis conmigo que es evidente la cantidad de opiniones, criterios, razones y argumentos que tenemos cada uno para, por ejemplo, determinar una hora de nacimiento (un ejemplo es la del Papa Francisco), básico y elemental para levantar una carta con ciertas garantías y seriedad en su análisis y pronóstico.
El concepto del tiempo y la periodicidad de los fenómenos biológicos ocupaban un lugar muy importante en las doctrinas de la antigüedad unida a la astrología.
Los primeros calendarios egipcios datados hacia el 4200 a. C. incluían recomendaciones relacionados con la salud según diferentes épocas del año, mes, hora del día etc. Posteriormente, esta información fue recogida y ampliada por Hipócrates, Aristóteles y más tarde Galeno.
A lo largo de la historia podemos observar parecidas investigaciones empíricas en diferentes culturas y países.
Un mito griego cuenta que en su transcurso diario por el cielo en su carro dorado, Febo (el dios sol) llegó a enamorar una jovencita de nombre Clythie, que lo observaba embelesada desde la Tierra. Al no ser correspondida, Clythie decidió “plantarse” en la tierra y seguir a Febo. Tanto se tomó en serio el trabajo que al cabo de un tiempo de seguir al sol con su mirada, su cuerpo comenzó a transformarse, sus pies echaron raíces hasta que se convirtió en... un girasol. Nada más parecido a un ritmo biológico: tenemos una planta (lo biológico) que repite un movimiento día a día (lo cíclico).
Algo de esto debían saber médicos y filósofos de la Grecia antigua. El poeta Hesíodo escribió hacia el año 700 a.C. que “las enfermedades caen sobre los hombres, algunas de día y otras por la noche”. El mismísimo Hipócrates aconsejaba a los interesados en la medicina “investigar las estaciones del año y lo que ocurre en ellas”. Como consejo práctico sugería “administrar las purgas de arriba hacia abajo en el verano, y de abajo hacia arriba en el invierno”..
Aún, en la medicina china, consideran la salud como una serie de oposiciones, que incluyen el día y la noche, el sol y la luna (el yin y el yang). Desde el clásico texto Nei Ching del siglo III a.C. hasta el presente, los médicos chinos dan excepcional importancia a los ritmos biológicos dentro de sus métodos de diagnóstico y tratamiento.
Las funciones de las luminarias SOL y LUNA
Todo esto ya se ha dicho muchas veces. La función sincronizadora de las neuronas del NSQ sobre otros ritmos biológicos es el ajuste de la armonía de las oscilaciones fisiológicas a las variaciones locales de la rotación terrestre alrededor del Sol.
Otro aspecto importante es la influencia de la fuerza gravitatoria lunar.
Hasta hace poco, las relaciones entre los ciclos lunares y los ritmos o ciclos de los seres humanos, eran prácticamente desconocidas.
Gracias a las diversas investigaciones recientes han sido encontrados los vínculos causales entre fases lunares, mareas y bajas y cambios fisiológicos en los sistemas cardiovascular, digestivo, nervioso, vegetativo etc. Estos descubrimientos aportaron importantes datos objetivos sobre los efectos lunares en la vida humana.
“Dado que nuestros cuerpos son alrededor de dos tercios de agua, soportamos los efectos de marea”, escribieron Walter y Abraham Menaker en “American Journal of Obstetrics and Gynecology”.
Hay tres lugares del cuerpo humano donde se encuentra la mayor parte del agua:
Cuando se acumulan unos excesos de agua, los resultados pueden ser unas sensaciones de hinchamiento, tensión y depresión. Por ejemplo, los trastornos premenstruales que experimentan muchas mujeres.
Las variaciones de fuerza gravitatoria lunar perturban las funciones vitales normales provocando trastornos emocionales y somáticos tanto en las mujeres como en los hombres.
Paul y Susan Jones en “Lunar association with suicide” describieron las consecuencias fisiológicas y el mecanismo de la influencia lunar sobre el cuerpo humano: “Las personas se componen esencialmente de un 80% de agua y un 20% de minerales orgánicos e inorgánicos".
Por lo tanto, las fuerzas gravitacionales de la luna ejercen una influencia similar en la masa de agua del microcosmo humano, que en la masa del agua de la tierra.
Del mismo modo que se produce una marea en las grandes masas de agua, en el cuerpo humano se producen mareas “biológicas”. Las mareas se componen de cambios cíclicos en el flujo de agua entre los comportamientos líquidos del cuerpo tales como intercelulares, extracelulares e intravasculares.
Estos cambios provocan las alteraciones en los procesos electrolíticos (líquidos y sustancias químicas del cuerpo que tienen que ver con las descargas eléctricas de nervios y músculos) y a su vez en los cambios hormonales, neuronales y metabólicos asociados con ellos.
QUIÉN QUIERA QUE SE APUNTE...
Un saludo
Vicente Rausell
Autor: Vicente Rausell Lillo
vrauselillo@hotmail.es
Web: https://elsitiodevirauli.weebly.com
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