Proluna es un sistema simbólico de direcciones, creado por el astrologo búlgaro/uruguayo Boris Cristoff en la segunda mitad del siglo pasado.
Esta técnica está desarrollada en su libro "La predicción astrológica por el sistema de la PROLUNA y sus derivados", allí en las primeras páginas el autor nos explica que Proluna "significa Progresión Lunar Natural, la que es una progresión simbólica que considera que el ciclo humano se compone de doce edades de 7 años. Ese ciclo comienza con el nacimiento de una persona, simbolizado por el Ascendente y sigue por las sucesivas cúspides de casas que indican edades septenales posteriores".
Cristoff nos dice que es LUNAR "porque el ciclo septenal está ligado a las fases lunares y por consiguiente a la semana, base unitaria de nuestro calendario. Por otra parte, el planeta Urano que simboliza a la astrología misma, cumple un ciclo coincidente de 84 años en rodear al sol, es decir que tarda siete años en recorrer cada signo zodiacal". Si consideramos todo bajo una lupa analógica, el binomio Urano-Luna que inspira a la PROLUNA, significan: el astrólogo y sus consultantes, lo que refuerza mi creencia en las buenas raíces de este método y cierra diciendo porque la denominó NATURAL: "debido a que es la más sencilla de las progresiones conocidas, debido a que no necesita efemérides ni cálculos, pero además, porque es más natural que una progresión astrológica sea simbólica, como la Astrología misma".
Para el sistema Proluna, cada casa son siete años de la vida de la persona, indistintamente del tamaño que tenga cada una. Siempre la Casa II comenzará a los siete años de vida, la III a los catorce años, la IV a los veintiún años. Y así sucesivamente.
Lo interesante se da cuando el PLN en su camino de progresión 'encuentra' a algún planeta formando así una conjunción. Por ejemplo si una persona tiene a Saturno a mitad de su Casa 4, podemos señalar que aproximadamente a sus veinticuatro años y medio de edad PLN formará conjunción con Saturno y seguramente tenga lugar algún hecho o suceso "saturnino" en la vida de esa persona. O si tiene a Júpiter en la cúspide de su Casa VII, algún hecho "jupiteriano" vivenciará cercano a sus 42 años.
Pero no sólo importan las conjunciones que haga la PLN, también tienen relevancia los aspectos (oposiciones, cuadraturas, trígonos y sextiles) que haga con otros planetas de la carta. Con el cálculo que generosamente nos ofrece carta-natal.es podremos saber en qué mes y año de nuestra vida está nuestro PLN y allí podremos identificar estos aspectos que pueden estar sucediendo o los que sucederán en el futuro. La interpretación es sencilla, hay que combinar la naturaleza del aspecto con la naturaleza del planeta. Por ejemplo Cristoff nos dice que un trígono de la PLN al Sol natal es uno de los aspectos más benéficos que puede haber por las satisfacciones y logros que trae.
En relación a los orbes de aspecto entre la PLN y los planetas natales, el autor llegaba a considerar hasta 10º. Según mi estudio en cartas con consultantes y famosos, me parece que el sistema funciona muy bien con un orbe de 4º aproximadamente para los aspectos mayores (oposición, cuadratura, trígono y sextil) extendiéndolo a 6º en las conjunciones.
También es muy importante seguir el signo en el que está nuestra Proluna porque según Cristoff describirá una nueva "etapa psicológica" para el nativo. En su libro explica y ejemplifica muy bien la PLN en cada signo; resumidamente podemos decir que el ingreso por PLN en un signo de fuego significa un replanteo de vida muy notable y que se repite tres veces tal como existen tres signos de Fuego. El ingreso a toda etapa de Tierra es una mayor cristalización de esfuerzos y un mayor materialismo. El ingreso a toda etapa de Aire es un período social y el ingreso a toda etapa de Agua es un período más emocional.
El autor marca como un hecho trascendental cuando la PLN alcanza el 0º Aries, él lo denomina: "inversión fáustica". Considera que en ese momento "se renace interiormente, pese a tener ciertos años vividos" y lo amplía diciendo: "es el caso de cambios rotundos en el enfrentamiento con la vida, donde un nativo que solía aparecer abatido y ya liquidado en su línea psicológica, luego surge renovado y juvenil por dentro".
Y continúa: "esa inversión fáustica es como una compensación por una infancia que no se tuvo, por una niñez y adolescencia ausentes, etc. Cuando esta inversión sucede en edades del crecimiento se le llama "aniñamiento", y si sucede en la ancianidad, se les suele tildar de "viejos verdes" , ya que surge un retroceso psicológico, con nuevas tendencias agresivas y muy personificadas, cuando antes eran muy humanizadas y dilatadas" concluye el reconocido astrólogo.
De esto se desprende aquello que Cristoff denomina "los niños prodigios". El astrólogo consideraba que en general quienes hayan nacido con Ascendente en Capricornio, Acuario o Piscis son niños muy maduros a temprana edad, debido a que su Ascendente está en un signo "avanzado en edad psicológica", mientras que cuando la PLN alcanza el signo de Aries hay un giro notable en su personalidad y vida.
En su libro de más de 400 páginas, Cristoff profundiza mucho más en todo este sistema del cual se derivan otras técnicas menores como la "Resona" (carta anual). Esta última en combinación con Proluna, le permitió al Maestro Boris Cristoff "predecirle" a la familia de Carlos Páez que su hijo estaba vivo (Carlos Páez era uno de los rugbiers que viajaban en el avión que se estrelló en la cordillera de Los Andes en 1972 y que todos daban por muerto). Esta emocionante historia es relatada en el capítulo 12 de su obra.
Proluna es un sistema simple y efectivo, recomiendo utilizarlo como complemento de otras técnicas como los tránsitos, progresiones secundarias y revoluciones solares.
Quiero agradecer a Sylvia por responder tan gentilmente a mi pedido de incorporar esta herramienta a su maravilloso sitio web, que tanto nos aporta. Que hoy Proluna pueda ser utilizada gratuitamente por todos los que apreciamos la astrología, considero que es también un reconocimiento para este genio de la astrología como lo fue Boris Cristoff.
Autor: Juan Cruz Sirius
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